Por Yuval (Tuby) Zolotov
Yuval (Tuby) Zolotov es un investigador de cannabis medicinal y un estudiante de doctorado en la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Haifa. Obtuvo su licenciatura de la Administración de la Salud en la Universidad Bar Ilan, donde investigó la adherencia al cannabis medicinal entre pacientes con licencia en Israel. Antes de unirse a la academia en 2012, Yuval era un instructor de pacientes con licencia y estuvo involucrado en la industria local desde sus inicios. Mientras trabaja en su tesis - Medical Cannabis Recomendación: Understanding and Predicting Physicians’ Behavior – Yuval también participa en varios proyectos de investigación.
Conoce a los Expertos es una serie de entrevistas realizadas por expertos del campo del Cannabis a líderes mundiales en investigación y en la práctica clínica del Cannabis como medicina.
Raphael Mechoulam es profesor de química medicinal en la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel). Durante sus muchos años de trabajo científico fructífero, ha contribuido significativamente a la ciencia de los cannabinoides y al sistema endocannabinoide tal como lo conocemos hoy en día. Entre esas contribuciones sin precedentes están el aislamiento y la síntesis del THC (en colaboración con el Prof. Gaoni) y la identificación del sistema endocannabinoide. Su trabajo le ha otorgado muchos honores y premios, entre ellos el Premio Israel (2000), el Premio NIDA Discovery (2011) y muchos otros.
Yuval Zolotov: Su trabajo ha contribuido significativamente a los desarrollos del cannabis medicinal en las últimas décadas. ¿Cuál es su opinión sobre los avances actuales en este ámbito?
Raphael Mechoulam: Soy optimista. En general, creo que estamos avanzando en la dirección correcta y hay nuevos desarrollos constantemente que permiten un mayor acceso de los pacientes al cannabis medicinal. La situación, obviamente, es muy diferente entre un lugar y otro, por lo que hay grandes diferencias en este sentido. Estoy muy familiarizado con las regulaciones israelíes y también sirvo como asesor al ministerio de salud de Israel. Creo que en Israel estamos en una posición relativamente buena porque el ministerio de salud ha reconocido que el cannabis puede ser útil en ciertas circunstancias. Y ese es un buen punto de partida. Aunque las leyes son una obra en perfeccionamiento, el hecho de que más y más pacientes estén autorizados puede servir para demostrar que ya hemos logrado algunos progresos. En la actualidad, los médicos pueden recomendar el cannabis medicinal para pacientes que sufren de un síntoma o una enfermedad incluida en la lista de indicaciones aprobadas; el ministerio de salud está revisando esta lista y de vez en cuando se considera la inclusión de otras enfermedades. Son muy cautelosos sobre la adición de nuevas enfermedades a esta lista, principalmente cuando se trata de síntomas mentales. Así que todavía hay un camino por recorrer, porque según estudios previos, a algunos de los cuales he contribuido, es plausible que otros pacientes puedan beneficiarse médicamente del uso del cannabis.
YZ: ¿Cuáles considera que son los obstáculos que impiden lograr un mayor progresos en este sentido?
RM: Todavía hay bastantes problemas. Soy químico y como tal mi punto de vista es netamente científico. Químicamente hablando, no existe una cosa definida como "cannabis medicinal", porque es algo que no está estandarizado. No es un medicamento. Habrá que contar con productos muy definidos para que podamos saber más acerca de cuáles cannabinoides son mejores para determinadas indicaciones, sobre las dosis adecuadas y sobre los efectos secundarios, por supuesto. Creo que esta es la única manera de permitir que más pacientes se beneficien médicamente del cannabis. Ya sabemos con seguridad que el THC y el CBD tienen diferentes propiedades. También sabemos que las cepas sativas son diferentes a las indica. En Israel, en lugar de tener tantas cepas, el plan es tener varios tipos de cannabis con una regulación más estricta. En este momento la normativa no se ajusta suficientemente a los estándares médicos. Y las cepas que los productores con licencia están dispensando a los pacientes actualmente no están tipificadas ni estandarizadas como debería ser. Además, la mayoría de ellas tiene nombres extraños, por cierto.
YZ: ¿Qué otras cosas le preocupan además de la estandarización?
RM: Hay una carencia de investigación clínica, y esa es la otra cara de la moneda. A lo largo de los años, muchos pacientes con cáncer han utilizado cannabis en todo el mundo, sin embargo, no existe ningún ensayo clínico en pacientes con cáncer que hayan sido sometidos controles aleatorios. Ningún medicamento existe sin haber pasado primero por ensayos clínicos. Las evidencias son muy recientes, pero ciertamente no son suficientes. Los organismos reguladores todavía están haciendo investigaciones sobre el cannabis y eso no es cosa fácil. Además, los ensayos clínicos, por lo general, cuestan mucho dinero. La financiación es otro gran problema. Los ensayos suelen ser financiados por las empresas farmacéuticas, pero parece que estas no están muy interesadas en invertir en cannabis herbario. Probablemente no quieren gastar su dinero en ello puesto que no es patentable. Se podría suponer que los gobiernos deberían estar interesados en este tipo de información, pero también es sabido que éstos, en general, no cuentan con las capacidades necesarias para llevar a cabo esta investigación.
YZ: ¿Qué cree que se necesita para fomentar estos ensayos?
RM: Sé que estoy siendo entrevistado, pero no tengo todas las respuestas. Los médicos en Israel con quienes colaboro han encontrado maneras de facilitar estudios, algunos han recibido subvenciones, donaciones u otras contribuciones. Por lo tanto, hay más y más ensayos clínicos en curso actualmente. A manera de ejemplo, un estudio preliminar sobre CBD para la prevención y el tratamiento de EICH1 tuvo resultados muy buenos y ahora están haciendo el segundo ensayo con más pacientes. Así que en el futuro no veo ninguna razón para que el cannabidiol no sea un tratamiento de primera línea para EICH. Este es solo un ejemplo y es muy emocionante en realidad. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero siento que vamos en la dirección correcta.
YZ: Cuando dice que el cannabidiol podría ser un tratamiento en el futuro, ¿se refiere al cannabidiol herbal o sintético?
RM: Como químico, para mí, el cannabidiol es una sustancia definida, y no importa cuál sea su origen. Ya sea un derivado del cannabis herbario o sea sintético, deben ser iguales. En el laboratorio, el cannabidiol es fácil de trabajar y se puede aislar a la pureza total del cannabis herbario. Pero también podría ser sintético.
YZ: Aparte de THC y CBD, ¿que otros cannabinoides cree que deberían estudiarse más a fondo?
RM: Es muy posible que otros cannabinoides puedan proporcionar beneficios terapéuticos. También creo que debería haber más énfasis en THCa y CBDa, los precursores ácidos de THC y CBD. Esas son moléculas que tienen baja estabilidad y por eso hay muy poca investigación sobre ellas. Pero creo que tienen un gran potencial y deberían ser más estudiadas.
YZ: ¿Cuál cree que será la situación dentro de cinco o diez años?
RM: Creo que los productos serán mucho más analizados y estandarizados, y espero que haya más evidencia clínica. Habrá más conocimiento sobre el "efecto séquito". Pero si miramos los mercados farmacéuticos y cómo evolucionan los medicamentos, también creo que la situación será muy diferente a como es hoy. No podrá usarse penicilina, sino solo derivados de ésta. Puede tomar más de 5 años, pero probablemente será lo mismo con los cannabinoides. Paralelamente a la expansión del uso del cannabis medicinal, creo que habrá cada vez más derivados semisintéticos, principalmente del CBD, pero también del THC. Además, espero que una vez que adquiramos más conocimiento podamos tratar a más y más pacientes con diferentes tipos de condiciones médicas, más que hoy. Por ejemplo, hay 80 enfermedades autoinmunes, en las que el cuerpo se ataca a sí mismo. Basado en estudios en el laboratorio, el mío y otros, es plausible que el cannabidiol pueda tratar al menos algunas de ellas. Así que hay un largo camino por recorrer.
YZ: ¿Cree que los cannabinoides también deberían usarse para el tratamiento de enfermedades mentales?
RM: Esa es una cuestión más polémica. Partiendo de algunas evidencias, puede ayudar al tratamiento de varias condiciones mentales, como la esquizofrenia. Actualmente, el trastorno por estrés postraumático es la única condición mental que aplica para el cannabis medicinal de acuerdo con las regulaciones israelíes. También hicimos un pequeño estudio con sujetos humanos que tuvo muy buenos resultados. Sin embargo, las autoridades son muy cuidadosas en aprobar nuevas indicaciones mentales. Existe la preocupación de que la gente fabricaría un problema médico e intentaría aprovecharse de las regulaciones, y las enfermedades mentales son mucho más fáciles de fabricar.
YZ: ¿Cuál es su opinión sobre el uso recreativo y sobre la legalización del cannabis?
RM: En mi opinión, las discusiones sobre el uso médico del cannabis y sobre el uso recreativo deben estar completamente separadas. Lo uno no tiene nada que ver con lo otro. El cannabis medicinal tiene que cumplir estrictos estándares médicos y este todavía no es el caso, como mencioné. El uso recreativo del cannabis es un asunto social, por lo que es la sociedad la que tiene que decidir al respecto. No tiene nada que ver con consideraciones médicas. Algunas personas usan las propiedades medicinales del cannabis como una base racional para abogar por el uso recreativo. No creo que sea relevante en absoluto. El alcohol puede ser peligroso, pero las sociedades han decidido que es legal. Se cree que la esperanza de vida en Rusia es particularmente baja debido al alto consumo de alcohol, pero no escuché decir nunca que lo considerasen ilegal. Así que esos interrogantes están más allá de la perspectiva médica. Mi interés y mi trabajo a lo largo de los años se centra exclusivamente en los aspectos médicos. El potencial medicinal del cannabis es enorme y no debemos perderlo. Después de algunos años en los que parecía ignorarse este potencial, creo que esto ha cambiado y por eso estoy satisfecho con los recientes desarrollos de las políticas médicas del cannabis. Creo que en el futuro más y más pacientes tendrán acceso a productos médicos basados en el cannabis y los cannabinoides. La ciencia seguirá evolucionando y tendremos más conocimientos. Si bien es indudable que el uso del cannabis medicinal va a expandirse, mi esperanza es que se expanda de manera racional.
YZ: Muchas gracias por concedernos esta entrevista.
1. La Enfermedad de Injerto contra Huésped (GvHD, sigla en inglés) es una condición médica que puede ocurrir después de un trasplante de médula ósea, en el que la médula ósea donada ataca al cuerpo del paciente receptor (Y.Z).