Por Mariano Garcia de Palau
Nacido en Barcelona el 17 de febrero de 1956. Se licencia en Medicina y Cirugía en la Universidad de Barcelona en el año 1979. Durante 38 años trabaja como médico de urgencias en el ámbito de la medicina laboral. Su interés por el cannabis surge de manera casual, y desde hace unos 15 años se dedica a estudiar el uso terapéutico del cannabis.
Actualmente sigue asesorando en tratamientos con cannabinoides y realiza trabajo clínico con pacientes, colabora con diferentes entidades y asociaciones, ejerce como Consultor Senior para el Grupo Curativa Colombia y es vocal del Observatorio Español Cannabis Medicinal.
Esta serie de crónicas relata la experiencia personal de un médico que receta cannabis medicinal en su país. Cada artículo está narrado en primera persona y cuenta la experiencia subjetiva de cada experto.
Uso del cannabis en España en los últimos años
Mi primer contacto con el cannabis fue a los 23 años, en el último año de estudios de medicina, y recuerdo un porro de hachís compartido entre varios compañeros después de una tarde de estudio en grupo. En aquel momento, nunca hubiera dicho que me acabaría dedicando al estudio del Sistema Endocannabinoide (SEC), y de la planta de cannabis; mucho menos que acabaría tratando pacientes con fitocannabinoides.
Hace unos 20 años, empecé a leer y estudiar los artículos que se publicaban sobre el SEC o el uso de fitocannabinoides con finalidad terapéutica. Tengo que decir que no había demasiadas publicaciones entonces, y las fuentes de conocimiento sobre el tema eran limitadas, ni un solo ensayo clínico o estudio en humanos, prácticamente, datos anecdóticos y estudios en animales, básicamente ratones. De estos sigo pensando a día de hoy, que no nos aportan a los clínicos datos importantes, como las dosis, ya que no son realmente extrapolables los resultados en animales, en los cuales además se usan moléculas aisladas, cuando el secreto de la planta de cannabis es su trabajo polimolecular y multidiana. Evidentemente, la investigación sobre las vías de acción moleculares es fundamental para entender cómo se modula el SEC con fitocannabinoides. Nunca han funcionado mejor los productos que ha elaborado la industria farmacéutica basados en cannabinoides que los productos formulados a partir de extractos de planta completa, y tampoco hay ningún dato epidemiológico que nos aporte información sobre toxicidades, o efectos adversos o secundarios, a los tratamientos con productos no farmacéuticos, y son muchos los usuarios en el mundo de estos aceites formulados "full plant". Y sobre el coste; se multiplica exponencialmente al usar productos como Sativex o Epidiolex, derivados de la industria farmacéutica.
En el año 2010 fundé THCterapeutico.org, una web que pretendía orientar en el uso terapéutico del cannabis a los usuarios en general, y poner un poco de orden en los conceptos que se manejaban sobre el cannabis, básicamente uso adulto, en aquellos años. Realmente los consumidores de cannabis conocían muy poco de la planta, y cuando pretendían hacer uso con finalidad medicinal, no había un mínimo conocimiento de las dosis o, por supuesto, de los cannabinoides o terpenos que contenían las diferentes variedades del cannabis de la época, muy pocos datos de la composición o quimiotipo de las diferentes variedades.
En esta web, además de responder preguntas de usuarios o incluso pacientes, que nos enviaban sus cuestiones sobre el uso de cannabis, publicábamos periódicamente artículos y estudios sobre los cannabinoides para que el público en general pudiera acceder a ellos, con la intención de potenciar el uso terapéutico con más conocimiento sobre la planta, sus características, y sus componentes.
Realmente la web empezó a tener bastante repercusión ya que era gratuita, como fue nuestra intención desde el primer momento, y empezamos a pensar que el uso de cannabis con finalidad terapéutica iba a tener futuro.
La actividad de la web THC terapéutico duró prácticamente 3 años, durante los cuales fuimos publicando las respuestas a las preguntas de los pacientes, así como información científica sobre el uso terapéutico del cannabis. Recopilamos una buena cantidad de información que desgraciadamente no quedo recogida ni materializada, por diferentes circunstancias, en un estudio observacional, como mínimo.
Recuerdo también la Feria Spannabis (una feria dedicada en exclusiva al mundo del cannabis que se realiza en Barcelona) el año 2013 como mi primera intervención pública en el mundo cannábico en directo. En aquella época seguía como un poseso los estudios del grupo del Profesor Mechoulam, y de nuestros investigadores, Manuel Guzman, Cristina Sánchez, Guillermo Velasco, y de nuevo, nunca hubiera pensado en acabar sentado con ellos en las reuniones del OECM (Observatorio Español de Cannabis Medicinal) y disfrutando del privilegio de su amistad. Si participaban en alguna feria, no faltaba, eran para mí una referencia. Y en mi primera charla, Spannabis 2013, mi intención fue explicar los fundamentos del Sistema Endocannabinoide que conocíamos en aquellos años, increíble lo que ha cambiado la situación desde entonces. Si buscamos ahora en PubMed estudios publicados sobre cannabis, nos encontramos con 28.000 estudios publicados, muchos de ellos en los últimos 5-6 años probablemente.
El proyecto Kalapa-Clinic
Un año después, lo recuerdo bien, en horario laboral, recibí una llamada en la cual me decían que si me quería dedicar full time al cannabis terapéutico como actividad profesional. Al parecer había un grupo de inversores que tenían interés en un proyecto de cannabis terapéutico, y no lo pensé mucho, romper 38 años de trabajo como médico de urgencias y cirujano, trabajando en unas condiciones laborales y económicas muy ventajosas, para pasar a trabajar como mucho en la alegalidad, hay que recordar que en el "reino de España", el uso terapéutico del cannabis sigue sin estar regulado. A todo mi entorno le pareció que pasaba de la seguridad laboral a una situación muy poco segura, pero en aquellos momentos me pareció una decisión que tenía que tomar si era honesto conmigo mismo. Llevaba ya tiempo estudiando, y estaba convencido de que era viable empezar a trabajar con pacientes, si además disponíamos de productos adecuados, lo cual era parte del proyecto también, un laboratorio para elaborar extractos y finalmente aceites para los pacientes, que eran cromatografiados siempre, y disponíamos de los datos para trabajar dosificando de manera exacta y controlando los componentes principales de los extractos. En aquellos años, y aquí, era una novedad trabajar con estos productos, era el primer año en el que el CBD empezó a tener mucho protagonismo. Recordemos que fue en 2013 cuando el caso de Charlotte Fidji, y el tratamiento de su epilepsia refractaria con una variedad de cannabis rica en CBD, le redujo drásticamente las crisis diarias y le aporto calidad de vida, hasta que falleció por COVID hace escasamente 1 año.
También fue 2014 el año en que empezamos a tratar pacientes pediátricos, básicamente epilepsias refractarias, y en muchos casos asociadas a muchas enfermedades huérfanas, o a TEA (trastorno espectro autista) específicamente, y ocurrieron una serie de eventos relacionados con pacientes autistas, que me convencieron de que el tratamiento con CBD, y también THC en determinadas proporciones y dosis, generaba un efecto muy positivo a nivel cognitivo y psicomotriz en los peques: se inicia contacto físico, seguimiento de mirada, me decían los padres que sus hijos estaban más conectados y tranquilos. Y después de 8 años sigo tratando estos pacientes y obteniendo resultados muy interesantes, si comparamos con las perspectivas que tienen con los tratamientos farmacológicos, en cuanto a efectos secundarios y toxicidad a corto, medio y largo plazo. Pero nunca un tratamiento se basa solo en cannabis, hay que controlar más parámetros como la alimentación y microbiota, la actividad física, lúdica, y otras terapias complementarias, como lo es el cannabis, para que los pacientes autistas mejoren su calidad de vida.
En aquellos años, y hasta la comercialización de CBD "legal" con menos del 0,2% de THC, trabajábamos con unos productos muy interesantes e ilegales evidentemente, por el porcentaje de THC. Los pacientes tenían acceso a estos productos que provenían de extractos de cáñamo industrial, en los que se mantenía el THC en el porcentaje original. Se empezaron a comercializar marcas de CBD con THC por debajo del limite legal, o incluso sin THC, usando CBD de grado farmacéutico, y los pacientes podían acceder a CBD fácilmente on line, contactando con alguno de los laboratorios que lo comercializaban, en aquellos momentos como complemento alimentario, este fue el nicho de comercialización que se encontró, para introducir el CBD en el mercado "legal", actualmente en Europa no se puede vender CBD como complemento alimentario, y se espera una ley sobre "new food", que regularía la situación del CBD.
En España, aunque no esta regulado el uso terapéutico ni adulto de cannabis, existen los clubs o asociaciones de cannabis, que permiten a los socios acceder a producto herbal, o en algunas asociaciones, a aceites o cremas elaboradas artesanalmente. Para que los pacientes pudieran acceder a aceites controlados en este caso, se fundó y legalizó una asociación que permitía a los pacientes que requerían aceites con THC, tras registrarse como socios, el acceso a los productos, de la manera mas "legal" posible, y sobre todo, con la seguridad de que solo los pacientes que habían realizado la consulta médica, accedían a estos productos.
Nos pusimos en marcha, y lo primero fue la búsqueda de un local donde poder iniciar la actividad, pero al tratarse de cannabis, todo eran problemas para que alguien confiara en la intención de nuestro trabajo. Durante los años en los que llevo trabajando en Kalapa-Clinic, hemos pasado por múltiples ubicaciones para realizar las visitas presenciales a los pacientes, ya que no tenemos el permiso de la autoridad competente para esta actividad clínica, aunque tengo que reconocer que nunca me he sentido vigilado o controlado, todo lo contrario, sino, no hubiéramos podido seguir trabajando con tantos pacientes.
El primer año de trabajo realmente no tuvimos mucha actividad clínica, pero el número de pacientes que consultan ha ido en aumento durante estos años, y para nuestro asombro, consultan desde muchos países diferentes, incluso desde países como USA, en estados en los que el cannabis terapéutico ya estaba regulado ¿?.
Realmente no éramos muchos los que trabajábamos con pacientes en aquellos años, pero esta situación ha cambiado con el paso de los años, aunque queda mucho todavía por hacer en España, ya que aún existe el estigma del uso de cannabis, y la mayoría de población entre los que incluyo a muchos colegas médicos, desconocen porque se ilegalizó, y solo admiten la información oficial sobre la falta de evidencias, desconociendo el SEC, que es en realidad el protagonista de esta historia, y son muchos los fármacos que ejercen sus efectos modulándolo, como el paracetamol o el ibuprofeno, por ejemplo. Con fitocannabinoides también lo modulamos, pero con la ventaja de poder trabajar prácticamente sin efectos secundarios, los cuales son predecibles y fácilmente solucionables, y esto hace los tratamientos seguros, aunque duden de la seguridad con tratamientos polimoleculares, la experiencia clínica con su uso nos confirma estos datos.
Nunca hubo una muerte por intoxicación aguda con THC, aunque habitualmente denominan el THC como una sustancia intoxicante. Bien, si nos remitimos a la definición de intoxicante, cualquier sustancia puede ser intoxicante, depende de la dosis.
Este pasado año 2021, el premio Nobel de medicina ha recaído en los fisiólogos David Julius y Ardem Patapoutian por sus trabajos sobre el receptor TRPV1 en relación con la percepción del dolor, habiendo identificado también TRPM8 y receptores Piezo. Bien, pues estos receptores TRPV1 y TRPM8, son receptores que podemos modular con CBD, THC y THCV. Y personalmente creo que están implicados también en la regulación de epilepsias y en procesos oncológicos. Es el primer premio Nobel otorgado por el estudio del SEC, y seguro que no es el único.
En 2016, se creó el Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM), alrededor de su "alma mater", Carola Pérez, y su actual presidenta. Sin su trabajo y su gestión no hubiera sido posible poner en contacto y animar al grupo personas que constituimos el OECM en 2016. Su presentación fue en Madrid, con el patrocinio y el apoyo económico de Fundación CANNA, y contó con la presencia del profesor Mechoulam, lo que agradecimos mucho, dada su edad y su trabajo, un reconocimiento por su parte al grupo de investigadores que constituían el OECM.
A titulo personal, creo que el Prof. Mechoulam debería haber sido premiado con un Nobel por su descubrimiento del SEC clásico en los años 90, pero hasta ahora ni siquiera en las universidades se menciona, o mucho menos se estudia con cierto nivel de conocimiento, y creo que es el sistema de regulación más importante que poseemos, y realmente imprescindible para mantener el equilibrio del organismo. Más en situaciones como la actual, en la que intentamos sobrevivir en un entorno perverso, sobre todo en las ciudades, y en situaciones en las que el entorno hace que lo más difícil sea estar sano y no padecer ninguna enfermedad, está claro que el hacinamiento ha sido crucial en el caso COVID 19, ya que partimos de un entorno en el que la contaminación ambiental y acústica nos van a generar patologías muy probablemente, sin que podamos prevenirlas de manera aceptable.
Trabajé en solitario durante unos años, pero llegó un momento en el que ya no podía controlar de manera razonable la carga de trabajo y nos planteamos que había llegado la hora de ampliar la plantilla de Kalapa. Han pasado diferentes médicos por nuestro centro, y actualmente trabajo con la Dra. Mery Peña, y el Dr. Robert Ulhembrock, que ya llevan 3 años con nosotros. El equipo hace posible que podamos trabajar y visitar pacientes de manera ordenada, además de contribuir a los proyectos y todo esto a pesar de la situación de alegalidad, que conlleva una presión añadida en el trabajo.
Han ido pasando los años y durante este tiempo hemos trabajado con muchos pacientes, con la idea de mejorar su calidad de vida, como primera intención, fuera su patología la que fuera. Los resultados eran buenos en general, sobre el 65% de eficacia, aunque no siempre con el mismo grado de mejoría. Hablamos de patologías muy diversas, pero si valoramos la mejoría en calidad de vida, este sería el porcentaje de éxito, aunque, como siempre, había pacientes que no toleraban bien el tratamiento, o no se podían permitir económicamente el tratamiento, cuando llegábamos a ciertas dosis, esto era relativamente frecuente, y sobre todo si el tratamiento estaba funcionando, la sensación era de impotencia. ¡Cuantos fármacos están financiados por la sanidad pública sin ser tan seguros ni tan eficaces, por no decir tóxicos en comparación con los fitocannabinoides!
Colaborando especialmente con el Grupo Curativa Colombia, con mi gran amiga la Dra. Paola Pineda y su equipo, desde hace 7 años, desarrollando líneas de trabajo, estudiando formulaciones y quimiotipos, elaboración de productos hidrosolubles mediante macroemulsiones a partir de extractos de planta, y, sobre todo, compartiendo inquietudes y conocimiento.
Hemos intentado estar en contacto con los distintos grupos de trabajo en diferentes países: Colombia, Peru, Chile, Mexico, Uruguay, USA, compartiendo la información y generando conocimiento desde las diferentes perspectivas de los países que ya habían regulado el uso de cannabis, aunque tal y como se ilegalizó, mejor seria decir "normalización" de su uso, puesto que era habitual su uso hasta el año 1937, y teníamos productos en todas las farmacias de Europa y América.
Hasta la llegada de COVID 19. Aquí hay un punto de inflexión importante, que todavía nos esta generando muchos problemas a nivel de salud, y no solamente física sino mental, con un incremento de pacientes que consultan desde hace 2 años, por problemas básicamente de gestión de estrés, añadido a su enfermedad de base, que conlleva de entrada un sistema inmune poco competente, y en una situación como la actual, cerramos el circulo estrés – inmunodepresión – COVID19. En España, la saturación de los servicios de urgencias, y el colapso de la asistencia primaria, ha hecho que muchos pacientes con patologías crónicas o incluso agudas, como es el caso de pacientes oncológicos, acudan a nuestra consulta, ya que se sienten, y realmente se han quedado, sin cobertura sanitaria, o han visto retrasadas sus pruebas, o incluso las intervenciones quirúrgicas.
Con el confinamiento nos quedamos incomunicados físicamente, pero en nuestro caso ya teletrabajábamos con muchos pacientes, y el número de visitas descendió mucho.
Y aquí se incio la actividad webinar, ya que no se podía viajar. Se programaron por diferentes grupos de trabajo y entidades del ámbito cannábico los diferentes webinars que pretendían suplir los congresos o simposium que se celebran de manera periódica, en diferentes países.
Hay que admitir que sin esta posibilidad de conexión, nos hubiéramos visto realmente aislados, y de no ser por internet, no se hubieran podido celebrar estos eventos, que ya se han normalizado en todos los ámbitos, creo. Yo nunca hubiera dicho que visitaría un paciente a través de la pantalla, pero entre esto o nada, o cuando el paciente reside muy lejos de tu consulta, creo que es una tecnología muy interesante, y en el caso de prescribir cannabis, es muy útil.
Y ya para acabar este relato, decir que me he jubilado sin que en España se regule el uso de cannabis, y no solo se debería regular para uso terapéutico, sino para uso adulto o lúdico, por supuesto. Tenemos regulado el alcohol y el tabaco, por sus grandes aportes a la humanidad, y esta hipocresía política está basada en los beneficios económicos que se obtienen, y en la presión de la industria tabacalera. Es evidente que nuestra salud no les preocupa lo más mínimo a nuestros gestores y prevalecen las decisiones de sustrato económico sobre las de salud, y lo mismo estamos viendo con la gestión de esta pandemia, y yo me pregunto, si es un problema global, como indica su nombre, ¿por qué se actúa localmente?
Estamos realmente perplejos de que España, que siempre ha tenido una tradición y cultura cannábica, a pesar de todo, siga en esta situación respecto al cannabis.
Nuestros políticos siguen hablando de evidencias, cuando hay ya muchos modelos de cannabis terapéutico que valorar y solamente llegar al modelo que sea más interesante para nosotros, para nuestros pacientes, que son el objetivo de nuestro trabajo. Es nuevamente la desinformación y la necedad de nuestros políticos la que está retrasando la regulación en España, pero para mí es evidente que los reguladores y legisladores no saben lo que regulan, su desconocimiento del tema es evidente y el sustrato económico pasa por delante del interés del paciente en la mayoría de países.
El delito contra la salud pública, desde mi punto de vista, es prohibir el acceso al cannabis a los pacientes que se podrían beneficiar de un tratamiento seguro, y muy poco tóxico. Como médicos tenemos que buscar soluciones seguras para los pacientes, independientemente de su status legal, la ética de la ilegalidad.