Por Viola Brugnatelli
Viola Brugnatelli es neurocientífica y especialista en el sistema endocannabinoide, investiga y da clases sobre el cannabis en el departamento de neurociencia de la Universidad de Padua, Italia, y es cofundadora de Cannabiscienza, una empresa dedicada a la educación para profesionales de la salud sobre el sistema endocannabinoide y el uso medicinal del cannabis.
Miembro desde hace años de la International Cannabinoid Research Society y embajadora italiana de la Asociación Internacional por los Medicamentos Cannabinoides, Viola ha trabajado en laboratorios farmacológicos y está especializada en receptores cannabinoides huérfanos/terpenoides y su señalización en procesos como el dolor y la inflamación.
Actualmente, colabora con la Fundación Canna, la junta editorial del Journal of Cannabinoid Medicine, y como autora invitada en varias revistas del campo, incluyendo Project CBD. A lo largo de los años, Viola ha participado en varios cursos de Educación Médica Continua (CME) sobre el cannabis, educando a médicos y farmacéuticos de todo el mundo. Es vicepresidenta de una organización sin ánimo de lucro dedicada a empoderar a las mujeres que trabajan con remedios naturales.
Lo que más le fascina de la planta del cannabis es lo que se puede aprender y saber sobre el sistema endocannabinoide y cómo modularlo de diferentes formas además de con los fitocannabinoides. Recientemente ha trabajado estrechamente con anestesistas que utilizan la hipnoterapia para evaluar el papel del sistema endocannabinoide en la capacidad de alterar los estados de consciencia sin la utilización de fármacos.
Conoce a los Expertos es una serie de entrevistas realizadas por expertos del campo del Cannabis a líderes mundiales en investigación y en la práctica clínica del Cannabis como medicina.
Gianpaolo Grassi (1957) es un científico agrícola con más de 40 años de experiencia en el Instituto de Investigación de Cultivos Industriales de Italia.
Desde principios de los 90 se dedica al estudio del cannabis, los cannabinoides y su detección. En el año 2000 obtuvo tres nuevas variedades monoicas de cáñamo industrial, las primeras seleccionadas en Italia. Posteriormente, registró otras tres variedades de cannabis utilizadas para la producción de semillas. Su instituto es el único centro de investigación en Italia, autorizado por el Ministerio de Sanidad para la producción en mediana y gran escala de cannabis con fines de investigación.
El Dr. Grassi, ahora en su primer año de jubilación del instituto, está de todo menos cansado de trabajar con cannabis. En esta entrevista directa, modesta y honesta transmite lo que el trabajo con el cannabis y el “negocio del cannabis” le han enseñado.
VB: ¿Cómo y cuándo fue su primer contacto con la planta de cannabis?
GG: Tenía probablemente 6 o 7 años cuando entré en contacto con la planta de cáñamo.
Ocurrió en uno de los últimos campos donde se cultivaba cáñamo para semillas, probablemente destinado a la alimentación de pájaros.
Era de cáñamo para semillas porque recuerdo que el espacio entre las filas de plantas era tal que podías pasar a través de ellas. Tal vez fue uno de los últimos cultivos de la zona de Ferrara, de donde soy originario.
VB: ¿Qué es lo que más le atrae del cannabis?
GG: La constante posibilidad de obtener cosas útiles e innovadoras, como nuevos productos, nuevas variedades, nuevas sensaciones y mejor salud; eso para mí es algo concreto, real y verdadero.
VB: ¿Qué grado de aceptación había en el panorama italiano en relación con su interés científico por el cannabis? ¿Se sintió respaldado?
GG: La verdad es que no recibí mucho apoyo de mi centro CREA y, por consiguiente, del Ministerio responsable (MIPAAF).
Basta decir que, durante las numerosas reorganizaciones de la institución, en un período en el que había preocupación por la amenaza de cierre de la oficina de Rovigo, me di cuenta de que el jefe de prensa del Ministro Martina ni siquiera sabía que en Rovigo se había estado trabajando con cáñamo medicinal durante un periodo de tiempo. Esta persona trabajó para el mismo ministerio (políticas agrícolas) durante más de 10 años.
Durante mi carrera recibí una sanción y evité otra que la directora Ida Marandola (Ex Directora General de CREA que fue detenida, en 2019, por malversación de fondos) quiso aplicarme a toda costa. Con tres de estas sanciones me habrían despedido inmediatamente.
A nivel científico, creo que quienes me conocen un poco han considerado mi trabajo discreto y que si algo ha cambiado en la escena en Italia en referencia al cáñamo, una pequeña parte ha sido gracias a mi activismo en las diversas asociaciones y al trabajo que realicé.
VB: ¿Ha observado una mayor apertura a lo largo de los años?
GG: Sí. No hay duda sobre esto. Inicialmente, la policía impuso que todos los campos de cáñamo estuvieran cercados e iluminados durante la noche, manteniendo una vigilancia constante. Me las arreglé para convencerlos de que esto no era posible porque si mantenías la luz encendida durante toda la noche, las plantas nunca florecerían. Por suerte, esto hizo que finalmente se rindieran.
El hecho de que el Ministerio de Sanidad italiano promoviera el programa piloto para la introducción del cannabis medicinal fue un gran paso adelante.
Poder promover un curso de postgrado en una universidad que ciertamente no es liberal y progresista como la de Padua, fue otro acontecimiento importante; en este caso gracias al Prof. Gastone Zanette, también un buen amigo.
VB: CREA-CIN, del cual usted fue el primer investigador durante muchos años, fue el único centro en Italia autorizado por el Ministerio para cultivar cannabis con fines de investigación. ¿Se ha sentido respaldado por las instituciones a lo largo de los años?
GG: Sí, en parte. Por ejemplo, mis peticiones casi siempre han sido escuchadas.
Sé que a pesar de no ser ideal, la situación podría haber sido aún peor.
Por ejemplo: Alemania, que hoy en día goza de un nivel de aceptación favorable del cannabis, hasta hace poco y quizás en la actualidad, exige que los estudiantes que quieran hacer investigación sobre el cáñamo industrial deban mantener las plantas en un lugar cerrado. Y no en un invernadero, sino dentro de una vitrina climatizada ubicada en un edificio cerrado y controlado.
En Francia, la situación para los investigadores es incluso peor y en muchos otros países la incertidumbre de las regulaciones y la hipocresía institucional, por desgracia, están muy extendidas.
VB: Durante su actividad ha llevado a cabo muchos proyectos sobre el cannabis. ¿Cuál consideraría que es su mayor satisfacción profesional hasta el momento?
GG: Sin duda, el poder poner a disposición de los pacientes con enfermedades graves las dos únicas variedades que se pueden utilizar como medicina producida por el estado italiano. Tal vez sólo unas pocas personas en este campo tienen conocimiento de mi contribución a la introducción del Cannabis medicinal en Italia.
El MiPAFF y, por consiguiente, el CREA no tuvieron una gran visibilidad en el proyecto y la elección de los nombres de las variedades, tal vez porque esas entidades se sintieron casi avergonzadas de declarar públicamente que trabajaban con esta planta.
Personalmente, me sentí agradecido por las reacciones y comentarios de algunos farmacéuticos italianos que de forma espontánea me presentaron resultados y logros de pacientes y, por lo tanto, confirmaron el buen trabajo que hemos realizado.
VB: Vamos a empezar a hablar de plantas. ¿Qué método de cultivo prefiere?
GG: Sin duda, trabajar en el interior es más agradable para un investigador. La naturaleza y el aire libre son mucho más variables e incontrolables, por lo que a veces se sufren decepciones y grandes fracasos, a pesar de haber trabajado duro e intensamente para completar proyectos importantes.
Lo que hubiera querido es que la variedad de tallo amarillo, llamada Carmaleonte, recibiera más interés por parte de los inversores que podrían reiniciar la cadena de suministro con la que el cáñamo está más históricamente relacionado: el campo textil.
Recuerdo que desde 1995, la aspiración de todos los investigadores implicados era encontrar la solución correcta para reanudar el cultivo de cáñamo para fines textiles de una forma económicamente sostenible.
No soy tan egocéntrico como para pensar que sólo con mi variedad hubiera sido posible resolver todos los problemas relacionados con el relanzamiento de una cadena de suministro tan compleja como la textil pero, en mi opinión, al menos se podría haber hecho algún otro intento. Esperemos que se haga más adelante.
VB: ¿Utiliza pesticidas? Y si lo hace, ¿cuáles?
GG: Como tengo la oportunidad de trabajar en un invernadero que está totalmente a mi disposición en la empresa Canvasalus, siempre trato de evitar el uso de gafas, gafas protectoras, monos o incluso guantes. No lo hago porque quiera hacerme daño, sino porque utilizo productos totalmente inofensivos y naturales.
Puesto que permanezco durante horas en el invernadero y por lo tanto, también respiro el aire de este ambiente; sería un idiota y un tonto si contaminara el mismo lugar en el que mi hijo y yo trabajamos.
Entonces hay que decir que las medidas sanitarias admitidas oficialmente para el cáñamo en Italia pueden contarse con un solo dedo: el cobre. Por lo tanto, para ajustarse totalmente a las normas, sólo se debe aplicar el agua y el cobre.
En Italia, sin embargo, abundan la imaginación y la «astucia», por lo que nos las arreglamos para salir adelante especialmente con los medios aplicados por la agricultura orgánica. A veces decepcionan y sólo son parcialmente efectivas, pero creo que ciertos compromisos son inevitables y también debemos tener en cuenta las necesidades de los ácaros o pulgones, que también quieren aprovechar la suerte de estar en este planeta.
VB: ¿Cuál sería su consejo para los muchos cultivadores de cannabis que lean esta entrevista?
GG: Que esperen, no se desanimen, usen mucha de la imaginación e inteligencia que se nos ha dado y saquen lo mejor de la mala suerte, tal vez eviten votar partidos de derecha. Todavía puedo permitirme resistir porque percibo una pensión, así que algunos podrían decir: «Oh, bueno, todo el mundo hablaría así si disfrutara de ciertos privilegios».
Creo que esto es completamente cierto y, por lo tanto, a aquellos menos afortunados que yo, les sugiero que vayan a un ritmo acorde a sus posibilidades, valoren cuidadosamente a las personas con las que tratan; aprendan a navegar por el mundo del cannabis porque está lleno de fanfarrones, presumidos, interesados y aprovechados.
Por supuesto, no siempre es así: También he conocido a personas que durante años se han enfrentado a los desafíos del cáñamo y son generosas y honestas. No hay muchas de estas personas, pero puedo asegurar que existen; asegúrense de crear una red y colaborar entre sí porque solos no irán ni muy rápido ni muy lejos.
En cuanto al cumplimiento de las leyes: respétenlas, pero traten de interpretarlas para poder avanzar y tratar de obtener la máxima satisfacción en lo que pueden hacer. Nunca he tenido decepciones o traiciones con esta planta; en algún momento, alguna bofetada fuerte que se curó con un buen sueño, pero siempre demostraciones de fuerza y sinceridad.
VB: ¿Cómo ve el desarrollo internacional del cannabis en comparación con el de Europa?
GG: La pregunta tiene dos implicaciones. La internacional será más rápida y positiva. Nadie podrá detener el avance del cannabis porque con Internet nadie podrá ocultar las cosas verdaderas y reales que orbitan alrededor del cannabis, como sucedió a mediados del siglo XX.
A nivel europeo tengo mucha confianza en algunos progresos, principalmente porque una mujer válida e inteligente tiene un papel que puede contribuir favorablemente al progreso del cáñamo industrial y también preservarlo para usos médicos.
Lo que me preocupa es ese sentimiento nacionalista repulsivo e insidioso que acompaña a las posiciones políticas conservadoras y fascistas.
Espero que la orientación política general de Europa se aleje de esto, aunque a lo largo de los años incluso los partidos demócratas no han mostrado mucho coraje en lo que respecta al cannabis.
VB: A través de su trabajo ha creado un inmenso patrimonio cultural, tanto directa como indirectamente; muchos excelentes científicos han sido estudiantes o becarios suyos. ¿Podría compartir con nosotros algunas anécdotas sobre lo que ha significado para usted la enseñanza del cannabis a las nuevas generaciones?
GG: Sin falsa modestia, diría que el término «inmenso» es un poco exagerado, yo usaría «discreto» en su lugar. No aspiraba a ser reconocido por los demás, principalmente tenía que estar satisfecho conmigo mismo.
Dicho esto, creo que realizar un buen trabajo como profesor es algo muy difícil. Probablemente sólo he conocido dos o tres verdaderos «maestros» en toda mi vida. Seguramente yo mismo podría haber hecho más y hacerlo mejor.
Los chicos que salieron de mi laboratorio tuvieron buenas oportunidades de entrar en el mercado laboral.
Sebastién fundó una asociación para pacientes que necesitan cannabis medicinal en Francia y creó una empresa que produce pruebas analíticas para los cannabinoides distribuidas en todo el mundo.
Salvatore, junto con su padre, abrió la primera clínica en Sicilia que prescribía y distribuía cannabis medicinal, así como diversos productos de cáñamo. Davide se especializó y obtuvo un doctorado en cáñamo y abrió una compañía con otros socios y actualmente está seleccionando y produciendo Cannabis light.
Algunos alumnos se fueron a laboratorios de análisis, y un par de ellos incluso a uno de los pocos laboratorios acreditados capaces de realizar pruebas sobre cannabinoides en alimentos. Piercarlo se convirtió en profesor de secundaria, pero lamentablemente el cáncer se lo llevó prematuramente.
Alguien también me robó algunas experiencias y fue a depositarlas en la OCVV a su nombre. Seguramente si escuchamos su versión de los hechos yo fui el ladrón, pero tanto mi palabra como la suya son igualmente válidas y la prueba de la veracidad de una u otra versión no está disponible. Sin embargo, mis variedades están al aire libre y pueden ser analizadas y comparadas, las suyas creo que serían difíciles de probar.
La recompensa más gratificante y bienvenida por mis actividades laborales se ha materializado favorablemente con la inclusión de Gianmaria en el único centro italiano que puede producir Cannabis medicinal.
En resumen, diría que he sembrado algunas semillas y los frutos se están empezando a ver, especialmente gracias a su propio trabajo, por supuesto.
VB: Ahora está retirado, pero el cannabis no deja de ser su pasión. ¿Cómo ve su papel en este campo y cómo continúa su legado?
GG: Entre las muchas cosas afortunadas que me han pasado, destaco el haber tenido dos hijos maravillosos, Giulio y Lisa.
Lisa es estudiante y Giulio quiere "hacerlo inmediatamente y hacerlo rápido". Lo hará sin duda, y ya ha dado pasos decisivos para labrarse el futuro que considera más adecuado para él. Tengo la intención de acompañarlo en este viaje y compartir con él algunas satisfacciones más de la vida.
Una era decididamente abrir el camino para el registro de variedades a nivel europeo usando semillas feminizadas. Tenemos un laboratorio de análisis que nos permite respetar al máximo las normas que nos impone la ley.
Me complace decir que ya hay 10 variedades depositadas y aprobadas por la OCVV, a pesar del obstinado ostracismo y la terca aversión del funcionario italiano del Ministerio de Sanidad encargado de conceder las autorizaciones de exportación de plantas o esquejes para el cultivo de variedades vegetales. Con paciencia, junto con nuestro socio, la empresa Enecta, pudimos llegar al centro de pruebas.
VB: Dr. Grassi, gracias por su poderosa visión y por el maravilloso trabajo que está llevando a cabo.