Por Raquel Peyraube
Dra. Raquel Peyraube es Doctora en Medicina y especialista en Uso Problemático de Drogas, con formación en Psiquiatría, Toxicología, Psicoterapia Psicoanalítica, en temas de Infancia, Adolescencia y Exclusión social y cuenta con 28 años de experiencia. A lo largo de su desempeño ha hecho contribuciones en capacitación, prevención, tratamiento y reducción de daños, incluyendo desarrollos teóricos y metodológicos innovadores con énfasis en cuestiones éticas. ExDirectora Clínica de ICEERS, en la actualidad es asesora ad hoc de la Secretaría Nacional de Drogas de Uruguay en la reforma de la política pública de drogas y del Instituto de Regulación y Control del Cannabis. Es investigadora clínica y miembro de equipos de investigación para el monitoreo de la ley en Uruguay. Integra varios comités científicos internacionales y es miembro activo de la IACM (International Association for Cannabinoid Medicines). Actualmente, dedicada al desarrollo de ensayos clínicos, a la educación médica en cannabis medicinal, la difusión de información y consultorías para la Reforma de las Políticas de Drogas en distintos países.
En esta tercera parte se presentan los usos medicinales más importantes del cannabis y los cannabinoides. Dada la gran cantidad de condiciones clínicas en las que son potencialmente útiles, con frecuencia y cierto estilo despectivo, se escucha decir: "¿Acaso el cannabis es la panacea universal?" Por supuesto que no.
Sin embargo, el Cannabis y los cannabinoides pueden tener muchas aplicaciones beneficiosas en el uso médico para enfermedades en órganos y sistemas funcionales muy distintos, cumpliendo acciones diferentes que se derivan de sus propiedades. Además, teniendo muchas veces efectos potentes, su uso se ubica en niveles de seguridad más que aceptables.
¿Cómo puede comprenderse esto? Es posible a partir del descubrimiento del sistema fisiológico endocannabinoide y comprendiendo su funcionamiento, lo que no es sencillo, más lo que aún falta por descubrir y comprender.
El Cannabis y los cannabinoides tienen efectos en el cuerpo humano, a nivel de los órganos periféricos y del Sistema Nervioso Central (SNC), y por lo tanto, también a nivel mental, lo que se pone en evidencia por sus efectos en múltiples situaciones de enfermedad con diferentes causas, fisiopatologías y síntomas, y por aquellos a nivel mental referidos comúnmente como el "viaje".
Antes de seguir adelante con esta lectura, se recomienda ver primero la animación El cannabis y el sistema endocannabinoide, sobre el sistema endocannabinoide, que muestra la complejidad de este sistema fisiológico de regulación de la homeostasis del cuerpo humano, pero de forma comprensible. Como puede verse, tanto los cannabinoides endógenos (producidos por nuestro organismo) como sus receptores pueden encontrarse en todo el cuerpo humano. Si hay sitios de acción (receptores) en prácticamente todo el organismo, es fácil comprender que puedan actuar a todos los niveles. En cada uno de estos tejidos, órganos y sistemas, los cannabinoides endógenos pueden cumplir funciones distintas, pero siempre orientadas a la regulación de la estabilidad y salud del medio interno. Por ejemplo, mientras que en células normales mantienen el balance en los procesos de síntesis y degradación, en células tumorales determinan su muerte. También participan en los mecanismos de comunicación y coordinación entre distintos tipos de células, regulan la respuesta inflamatoria a la injuria y modulan procesos de reparación, entre otros. Son antioxidantes neutralizando el efecto de los radicales libres. Sus acciones a nivel del SNC incluyen sus efectos sobre distintos procesos mentales como por ejemplo la conducta promoviendo la socialización, la hilaridad y la creatividad, además de aquellos otros sobre la memoria y concentración que se comentaran en la segunda entrega de este artículo. Entre los efectos beneficiosos por su acción a nivel del SNC son de particular importancia aquellos sobre la percepción del dolor, las convulsiones, el estado de ánimo y el tono muscular.
Brevemente, y pudiendo pensar en todos los procesos que esto supone, las acciones de los cannabinoides, tanto de la planta como endógenos, han sido resumidas por los angloparlantes en eat, sleep, relax, protect and forget, y que en español sería comer, dormir, relajarse, proteger y olvidar.
Lo que hoy resulta claro es que para mantener el equilibrio de la salud es necesario un sistema endocannabinoide funcionando adecuadamente. En todas las etapas de la vida están involucrados acompañando los procesos de adaptación del organismo a los cambios ambientales y a mantener la salud, desde el inicio de la vida durante la gestación hasta la muerte.
Al tomar conocimiento de tantas condiciones clínicas tan disímiles que son potencialmente beneficiarias del uso de cannabinoides, inmediatamente surgen dos preguntas:
- ¿Acaso muchas enfermedades podrían tener como causa la falla o desregulación del sistema endocannabinoide?
- En consecuencia, podría ser beneficioso proveer cannabinoides exógenos o suplementarios para mejorar la salud, tratando, paliando o previniendo la enfermedad?
La respuesta a la segunda pregunta es que la evidencia parece indicar que sí. Tanto la investigación como la práctica clínica demuestran estos beneficios, con muy bajo riesgo (ver Parte II). En cuanto a la primera, puede verse en este mismo sitio el artículo en el que se discute la teoría de la deficiencia del sistema endocannabinoide.
¿En qué condiciones clínicas suele encontrarse beneficio con su uso medicinal? Éstas se infieren por las propiedades de los cannabinoides.
Es por estas propiedades que se explica la extensa lista de enfermedades y condiciones fisiopatológicas en las que pueden tener uso medicinal.
Otra cuestión de interés que se deriva de la cantidad de efectos potencialmente beneficiosos, es que mientras los cannabinoides pueden definirse como drogas multi-impacto o multitarget. Esto significa, que con un mismo producto podemos atender múltiples propósitos terapéuticos. Es frecuente que los pacientes que han consultado por una enfermedad dada, en la evolución refieran la mejoría de otras dolencias y síntomas vinculados a otros motivos de la consulta original.
A continuación se presenta el listado de enfermedades en las que, con distinta calidad de evidencia, pueden obtenerse beneficios de distinto grado, pudiendo ir desde una mejoría de la calidad de vida, pasando por el alivio de algunos síntomas, hasta el control clínico de algunos de ellos como por ejemplo, la espasticidad, el dolor y las convulsiones.
- Enfermedades Neurológicas:
- Degenerativas: Esclerosis Múltiple, Enfermedad de Parkinson, Corea de Huntington, Alzheimer
- Epilepsia
- Síndrome de Tourette
- Enfermedades y condiciones del Aparato Digestivo:
- Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosa Crónica, Colon Irritable
- Náuseas, vómitos, pérdida del apetito
- Condiciones clínicas que involucran el Sistema Inmunitario:
- Enfermedades Autoinmunes: Poliartritis Reumatoide, Lupus Eritematoso Sistémico, Diabetes tipo I, Tiroiditis, Psoriasis y teóricamente, también podrían tratarse otras patologías resultantes de una alteración de la respuesta inmunitaria que comportan una autoagresión
- Modulación de la respuesta inmunitaria en otras condiciones clínicas
- Enfermedades de la Piel: Dermatitis (algunas), Acné
- Trastornos de Salud Mental:
- Adicciones a sustancias químicas
- Insomnio, Síndrome de Estrés Postraumático, Psicosis, Depresión, Anorexia nerviosa
- Dolor Crónico:
- Migraña y Fibromialgia
- Dolor Neuropático (de causa neurológica)
- Dolor metastásico
- Dolor crónico en general
- Afecciones del Sistema Osteoarticular:
- Artrosis
- Osteoporosis
- Cáncer:
- Tratamiento de efectos adversos de la quimioterapia: náuseas y vómitos
- Acompañamiento de la quimioterapia u otros tratamientos antitumorales
- Cuidados Paliativos en estados terminales de distintas causas
- HIV-SIDA en vistas a mejorar condiciones generales de los pacientes y tratar algunos síntomas
- Glaucoma de ángulo abierto
No todas estas enfermedades se tratan con los mismos cannabinoides y las mismas dosis. La posibilidad de disponer de distintos preparados derivados del Cannabis en la farmacopea podría ayudar a paliar y tratar muchas enfermedades para las que la Medicina convencional no siempre tiene respuestas eficaces.
Al presente no son muchos los países que cuentan con esta posibilidad, pero progresivamente se han ido sumando más jurisdicciones con diferentes modelos regulatorios para el uso medicinal que van desde la habilitación a múltiples formas de acceso incluyendo el autocultivo, hasta los que sólo permiten la elaboración de productos de calidad farmacéutica. No obstante, en la amplia mayoría de los países las regulaciones vigentes alejan a las personas en sufrimiento de disponer de estos tratamientos por razones políticas, religiosas, morales y económicas. La Medicina y la ciencia no se basan en valores morales, sino éticos. Los valores de la ética humanitaria y la salud pública, así como la deontología médica, suponen contribuir para que las personas que buscan alivio cuenten con garantías para poder calmar su sufrimiento de manera segura, con control de calidad y cumpliendo todos los estándares que se requieren para este fin.
Sin duda alguna, se requiere avanzar mucho en la investigación sobre el Cannabis buscando más evidencias de sus efectos para mejorar padecimientos, y también para gestionar los riesgos y reducir daños derivados del uso no-médico. Este avance se hace perentorio en cuanto a los ensayos clínicos de modo de poder evidenciar la seguridad y eficacia en distintas condiciones clínicas. Sin embargo, esto no es tan fácil de lograr, pues existen muchos obstáculos para alcanzar este nivel de evidencia científica.
Mientras se van generando los cambios para que las personas puedan contar con productos con control de calidad que permitan una dosificación conocida, debe tenerse presente que, a pesar de las bondades de estos compuestos, no están exentos de efectos adversos e interacciones con otros medicamentos. Es necesario comprender que estos tratamientos deben conducirse con la misma seriedad y precauciones que otros tratamientos médicos, algo que el estatuto legal del Cannabis y los cannabinoides en muchos países no facilita. Por lo tanto, se recomienda a las personas que decidan comenzar a utilizar productos en base a Cannabis primero tener buena información, tratando de que ésta provenga de sitios e impresos que ofrecen referencias académicas y no sólo comerciales. Asimismo, se debería intentar consultar al médico tratante siguiendo las recomendaciones que se ofrecen en El abordaje clínico en Medicina Cannábica. Si este no está de acuerdo o no sabe, se recomienda buscar uno que esté dispuesto a acompañar el proceso. Siempre hay algún colega trabajando en este campo.
Con frecuencia no es posible acceder a productos testados (dentro o fuera del país del paciente) que ofrezcan información sobre su contenido y composición así como los resultados del testeo de pesticidas, metales pesados y contaminantes biológicos. Entonces, se recomienda que se pida al proveedor que haga el estudio analítico y que le brinde toda la información que las personas merecen para el cuidado de su salud. Es responsabilidad de quien comercializa estos productos, y que suele tener un beneficio económico sustantivo, hacer el testeo y ofrecer a sus clientes un mínimo de garantías.